Desde sus primeros días, Bimba mostró una personalidad alegre y afectuosa. Siempre estaba dispuesta a jugar, a correr tras la pelota con un entusiasmo contagioso y a acurrucarse junto a nosotros en los momentos de descanso. Su energía inagotable y su amor incondicional nos brindaron consuelo y felicidad constantes, convirtiéndose en un pilar de cariño y alegría en nuestra familia.
Recuerdo con cariño las veces que corría hacia la puerta para recibirnos, moviendo la cola con tanta alegría que parecía que iba a despegar. Sus ojos siempre brillaban con una ternura y una comprensión que nunca dejarán de asombrarme. Bimba tenía una manera especial de saber cuándo necesitábamos consuelo, y en esos momentos, se acercaba a nosotros con su presencia cálida y reconfortante.
Su recuerdo vivirá eternamente en nuestros corazones. Nos dejaste un legado de amor y dulzura que nunca desaparecerá. Te agradecemos por todos los momentos maravillosos que compartimos, por cada lametón, por cada mirada amorosa, y por haber sido nuestra compañera más leal. Siempre te extrañaremos, y siempre te llevaremos en nuestros corazones.
